Trascender el aspecto: los retos del suelo de la entrada
Al elegir el pavimento más adecuado para la entrada, el gres porcelánico es la mejor opción por su porosidad muy baja y su resistencia a la abrasión superior a la de cualquier material natural.
El principal problema en esta zona es el llamado «efecto lija», causado por la arena y polvo que se introducen desde el exterior. A diferencia del mármol que está sujeto a arañazos y de la madera a las marcas, el gres porcelánico, con su estructura compacta, resiste los golpes y no sufre por las cargas pesadas ni por el arrastre de objetos. Además, la zona de entrada puede actuar como barrera contra los agentes atmosféricos, gracias a la impermeabilidad casi total del gres porcelánico, que garantiza un coeficiente de absorción de agua inferior al 0,5%, por lo que resulta resistente a las heladas y a los choques térmicos.
La seguridad constituye otro aspecto clave. El acabado Spazzolato R10 es ideal para interiores que requieren un equilibrio perfecto entre rendimiento técnico y estético. Suave al tacto y seguro incluso en presencia de agua, es la solución perfecta para quienes buscan baldosas antideslizantes que cumplen su función.