En la arquitectura contemporánea, la elección del suelo ya no es solo una cuestión de estética, sino un elemento fundamental para garantizar la seguridad y el confort en los espacios domésticos y públicos. Los datos hablan por sí solos: las caídas provocadas por resbalones sobre superficies inadecuadas son una de las principales causas de accidentes domésticos, con consecuencias incluso graves para ancianos y niños. Por eso, un suelo antideslizante no es solo un accesorio, sino una necesidad para crear espacios seguros y funcionales, sin renunciar a la elegancia que caracteriza al diseño contemporáneo.
La tecnología cerámica ha avanzado mucho en la última década, convirtiendo los suelos antideslizantes en protagonistas de una revolución silenciosa que combina prestaciones técnicas superiores y refinamiento estético. Estos revestimientos, desarrollados mediante procesos de producción de vanguardia, ofrecen una respuesta concreta a la necesidad de prevenir accidentes en entornos caracterizados por la presencia de agua o humedad, como baños, cocinas, terrazas y zonas wellness, transformando las potenciales zonas de peligro en espacios seguros, sin afectar la armonía visual del entorno.